Un profesionista que gana un sueldo atractivo y que suele gastarlo en su totalidad, nunca alcanzará la independencia financiera. Tampoco aquel, que separa una parte de su salario y lo guarda en una cuenta de ahorro, cuya tasa de rendimiento ni siquiera cubre el efecto de la inflación. Un profesionista con visión de futuro, destina una parte de su ingreso a opciones sólidas de inversión que le permiten multiplicar dicho dinero. Solamente así, se puede aspirar a formar un patrimonio que a la larga te podrá hacer financieramente libre.

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